Resumen
Segunda clave de cuatro. La solvencia es un término que es necesario entender de forma amplia. Solvencia es poseer los recursos para hacer frente a una situación, sin olvidar la palabra clave “disponibles”. Consulte 4 claves de supervivencia.
Si consultamos el diccionario (RAE) la solvencia se define como: “Carencia de deudas… Capacidad de satisfacer las deudas” y es correcto desde el punto de vista de la lengua, pero hay más consideraciones que hacer desde el punto de vista de la economía empresarial para utilizarla con eficiencia.
Además de que un negocio posea bienes por importe teóricamente superior a su deuda, para ser solvente es necesario que estén disponibles. Si estos recursos son “inmovilizados” -como puede ser una nave industrial, por ejemplo- no puede utilizarlos hasta que los convierta en disponibles -efectivo-, ya sea que los venda o sea que reciba un préstamo utilizándolos como garantía. La razón es simple: pagamos nuestras deudas con dinero, no con trueque de naves por deuda.
El problema se presenta cuando, al convertir los bienes en dinero en efectivo, el valor es menor al esperado y no se obtienen los recursos necesarios. Por lo que se suponía que tenía un valor de 150.000€ nos dan 115.000€ o, peor aún, nadie lo compra ni otorga préstamos por él. Estoy seguro de que conoce más de un caso como éste.
Así, no basta con “tener con qué pagar”, además es necesario tenerlo en efectivo o, por lo menos, saber con la mayor exactitud posible cuanto efectivo se podrá obtener por él. Y eso lleva tiempo.
Por estos motivos, la solvencia es como beber, tener agua no significa que sea apta para beberla y no tener sed ahora no significa tener el agua suficiente cuando se necesite. Y sin agua, el tiempo de vida es bastante limitado.
Así, es indispensable tener una visión conjunta del flujo de efectivo y de la solvencia, utilizando todas las herramientas vinculadas a ambos. El flujo de tesorería nos anticipará necesidades y nos dará tiempo de trazar una estrategia para salir de la coyuntura con el menor daño posible, sea negociando con clientes o proveedores, sea con compradores de inmovilizado (bienes como edificios o maquinaria) o sea con bancos para obtener préstamos.